El festival más esperado del año inauguró sus 25 años con entradas agotadas. Babasónicos, Dillom, Divididos, Guasones y No Te Va Gustar, entre lo más destacado de la jornada.
La manija era total. El día 1 de la primera edición que celebraba los 25 años de Cosquín Rock estaba soldout y quienes habitan la zona cercana al predio, revelaban que una semana antes los rincones aledaños al Valle de Punilla ya mostraban el colorido pintoresco del festival. Casas, hoteles y campings estaban llenos. En ese contexto, apenas arrancado el sábado 15 de febrero, por las calles transitaban remeras que lucían estampas y frases del rock argentino que, se sentía, habían llegado desde todo el país. Se sabe y se repite hasta el cansancio: Cosquín Rock es el evento musical de cultura pop más federal de Argentina.
Apenas abrieron las puertas alrededor de las 14, el público comenzó a ingresar y definía una ansiedad extraordinaria. José Palazzo, el titular del festival, recibía a los ingresantes con remeras oficiales mientras todo era algarabía, risas, abrazos, gritos y celebración. Durante las primeras horas, La Capital pudo acreditar que cada persona que atravesaba el predio tenía la necesidad de comprobar si lo que habían imaginado era real. Los testimonios manifestaban que habían viajado desde puntos extremos del país, desde Salta hasta Chubut, todo el año planeando cumplir el sueño de estar en Cosquín Rock.
Una vez adentro, reina el asombro. Aquellas personas que repetían la experiencia se sorprendían al ver que el predio estaba cambiado en proporciones mayúsculas. A diferencia del verano del 2024, esta edición que celebra los 25 años ganó terreno en los caminos paralelos hacia las sierras y, además, tiene calles de cemento, sillas y sillones (sobre todo cercano al Escenario Sur) y espacios de esparcimiento, sombra y descanso, más amplios que antes.
El clima es un factor fundamental. Durante la semana previa, los servicios meteorológicos auspiciaban lluvias permanentes. Sin embargo, esto sólo se cumplió durante las primeras horas, potenciando esa ley que dice que Cosquín Rock no te deja descansar. Cerca de las 16.30, Los Tipitos subían al Escenario Sur e Hilda Lizarazu al Norte y, mientras tanto, el sol asomaba entre las sierras y aventuraba una jornada extraordinaria. Cada nube que se iba y despejaba el cielo exponía que el día era ideal. En todo lo que restó de la jornada no volvió a caer una gota, en tanto que el sol y el calor se hicieron notar.
Sierras en su máximo esplendor
Con ese paisaje de luminosidad serrana, cerca de las 18 Guasones llenó el Escenario Sur interpretando una lista de canciones festivaleras que sostuvieron el gran momento de convocatoria que está transitando la banda. Apenas unos minutos después, el público se trasladó hacia el Escenario Montaña, donde La Vela Puerca soltaba un show inmenso repleto de hits, e Indios, en el Espacio Boomerang, confirmaba que la vuelta los tiene en un momento ideal como banda y que el público responde. Todavía con el sol atravesando las montañas, se pudo escuchar un concierto demoledor de Divididos. La versión descomunal de «Sucio y desprolijo» adelantaba lo que se iba a vivir entrada la noche en otra parte del predio.

Ricardo Mollo y Divididos interpretaron una gran versión de «Sucio y desprolijo»
Foto: prensa Cosquín Rock
Muchas veces en los festivales, los grupos parecen cumplir con un compromiso de entretener a miles de personas por un rato. Lo cual no es un pecado, al contrario, tiene que ver con la idiosincrasia del momento. Sin embargo, hay bandas que no tienen ese peso y se liberan totalmente al deseo musical. Ese caso, en esta apertura de Cosquín 2025, fue el homenaje a Pappo en la Casita del Blues. Allí una extraordinaria Celeste Carballo en voz y guitarra, con Botafogo, Luis Robinson, Yuli Ruth, Nico Raffetta y Bolsa González, celebraron la obra de Norberto Napolitano, que tanto hizo por la marca Cosquín Rock, con un amor increíble. También estuvo Juanse como invitado en Route 66.
Otro de esos momentos se vivió con Babasónicos, quienes desafiaron al termómetro del festival que estaba muy arriba, cuando comenzaron con «Tajada». Una canción con brillos climáticos maravillosos, que aportó una lucidez excepcional.
Invitados y versiones excepcionales
Además, dentro de todas las propuestas, sobresalía una catarata de emociones con situaciones que generalmente no se dan: Wos invitando a Dillom. Conociendo Rusia invitando a Wos. No Te Va Gustar haciendo «Todo un palo» de los Redonditos de Ricota.

Adrián Dárgelos lo dio todo en uno de los escenarios del Cosquín Rock.
Foto: prensa Cosquín Rock
También existió una cuota de actualidad política. Joaquín Levinton durante el show de Turf ironizando, dijo: “Libertad de elección. Libertad de pensamiento. Libertad de expresión como una manera de revolución. Así que de esta manera los voy a hacer sufrir y voy decir «Milei chúpame bien la p…», pero no, no voy a decir eso. Voy a decir que tenemos un invitado especial, con ustedes Milo J”. Pero la gente en lugar de reírse, ovacionó, como si fuera cierto lo del invitado.
Durante el gran show de Dillom el público cantó en contra del gobierno nacional y él, en un momento, dijo: “Ustedes saben que yo no puedo decir nada porque la última vez me fui con una denuncia penal. Así que hoy, shhh”. La alusión del artista fue al show del Cosquín 2024, cuando interpretó «Señor Cobranza» con unas licencias en la letra que ocasionaron repulsión en algunos funcionarios.
Enseguida hizo «Buenos Tiempos», la canción que dice “El día que muera, moriré en mi ley”. Luego invitó a Santiago Motorizado para hacer una gran versión de «Cirugía» y después relució su perfil actoral bailando con maniquíes, como si fuera un fantasma de la ópera muerto.
Sobre el final, Ratones Paranoicos con su rock and roll clásico que nunca falla y Los Auténticos Decadentes –quienes invitaron a Dillom para «Los Piratas»– en las dos puntas del predio cerraban el día y dejaban la vara alta para lo que se espera el domingo de cierre.
Fuente: La Capital
