El multifacético músico del mameluco naranja traerá a Corrientes un show en el que reinterpretará canciones de la banda que integró en los 80. En un extenso diálogo con época, el también conductor de radio y tv dejó ácidas apreciaciones sobre el rock local, la televisión y el país.

El músico, periodista, escritor, humorista, conductor de radio y televisión, Roberto Pettinato, arribará a esta capital el jueves próximo para brindar su show «Sumo x Pettinato». El encuentro con el público local será a partir de las 23 en el sótano-bar Cave (avenida Pujol 2011).

En el marco de la promoción de ese espectáculo, el multifacético saxofonista del mameluco naranja dialogó con época sobre esta nueva etapa de su extensa carrera artística. Fiel a su estilo, la charla superó la inmediatez del concierto que dará en el Taragüí y fue la excusa perfecta para hablar de Sumo, el mítico grupo de rock de los 80 que marcó a fuego la cultura rockera argentina y que fuera liderado por el italiano Luca Prodan.

«Petti», hoy un tanto alejado de los medios masivos de comunicación, mostró muy buena predisposición a la charla, pero en cada una de sus respuestas afloró su corrosivo humor, con observaciones a veces muy profundas, otras irónicas, absurdas o directamente rayanas a la tomada de pelo.

Eso sí, no se refirió a su vida privada ni a la de sus hijos. «Para eso están los programas de tv que tienen a cuatro impresentables alrededor de una mesa ratona hablando de la vida de los demás», aclaró.

Sumo fue un grupo muy ecléctico desde lo musical y cultural, ¿qué matices o qué texturas le das vos al reinterpretar esas canciones hoy en 2024?

Sumo siempre podrá ser reinterpretado, pero nunca mejor que escucharlo por el único músico que estuvo en ese grupo siete años, que soy yo. Todos los demás ya hacen otra cosa.

¿Cuál de todas las vertientes del cancionero del grupo te interesa interpretar en el show que darás en Corrientes?

Siempre tuve ganas de hacer un acústico. No obstante, ahora solo haremos las canciones que hagan disfrutar a la gente y de las que se sepan las letras.

Al asumir el rol de cantante, el saxo quedó un poco en segundo plano, incluso tomás el rol de frontman-guitarrista. ¿Qué desafío representa para vos plantarte a cantar esas canciones a sabiendas de que era el lugar que ocupaba Luca?

Creo que pocos cantan técnicamente bien, por eso a las personas de este país les encanta Pearl Jam. No obstante, el que nos abrió la posibilidad de cantar y liberarnos no fue Luca, fue Fito Páez.

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¿Lo decís en broma?

Con Fito nos dimos cuenta de que hasta un perico podía sacar su lengua verde, abrir la boca y entonar una canción. Saber cantar no es solo no quedarte disfónico a la segunda canción, es mucho más. Me gustan aquellos que logran que su música sea tal cual es su voz, una sola cosa.

De la discografía de Sumo, ¿cuál es tu LP favorito y cuántas canciones de esa placa tocás en vivo?

Los primeros discos suelen ser los mejores porque tienen años de elaboración previa. Con Sumo teníamos muchas canciones excelentes y por eso somos la mejor banda de toda la vida del rock nacional. Los demás son grupos de chicos que buscan mamar de la personalidad del cantante para conseguir la propia. Es un país de solistas y esclavos obedientes.

Quizá sea solo una apreciación mía, pero me parece que en tus versiones hay guiños sonoros y estéticos a grupos como Public Image Limited, Psychedelic Furs y también a Pink Floyd. ¿Puede ser? ¿Te sentís más cómodo en la veta british de Sumo?

Siempre quise hacer eso porque Sumo es cultura, no es Los Cafres.

¿Sumo le aportó espontaneidad, desparpajo, contracultura y eclecticismo al rock nacional?

Sí. Todo eso que describiste es cierto, pero después nadie entendió nada. Hoy siguen siendo todos iguales. Al menos lograron que crezca el área rockera gracias a Pity (Álvarez). Lo demás quedó en lo que yo llamo «Tofi rock»: música liviana para alfajores.

 

¿Cuál es la herencia musical que dejó el grupo?

La única herencia que dejó Sumo son los millones de dólares que tiene en la caja de seguridad la gente de la discográfica Sony. Por otro lado, es un grupo que tiene algo que no se puede entender, es absolutamente incopiable.

Vos te podés hacer el Soda Stéreo o el Sui Generis. Podés hacer lo que quieras, pero no te podés hacer el Sumo. Es más, tu grupo puede tener influencias de Spinetta, si querés, pero Sumo es uno solo.

 
Prodan, el mito y la amistad

A más de 35 años de la muerte de Luca Prodan, ¿qué pensás de todo el mito que se construyó en torno a su figura?

A tantos años de la muerte de Luca, estamos hablando de un país que tiene una falta total de personalidad. Es como si fuera una playa de estacionamiento, solo que la playa de estacionamiento tiene un proyecto y sirve para algo.

¿Qué quisiste decir con esa comparación?

La gente acá necesita agarrar a Perón, Maradona, Gardel, lo que sea que no haya podido conocer, trata de agarrarlo y de subirlo a su vida. ¿Sabés por qué existen los mitos?, porque la gente necesita stickers y calcomanías para sus autos. Si no hubiera autos, nada de todo eso existiría.

¿Qué significó para vos tocar y compartir tanto tiempo con Luca y qué recuerdos tenés hoy de él como persona?

Tengo muchos recuerdos, sobre todo de viajes larguísimos que hacíamos en colectivo, con muchísimo olor a perro, era un micro roñoso y espectacular en el que viajábamos. Compartíamos habitaciones de hoteles y hablábamos sobre música, debates sobre el grupo Cream de Eric Clapton, entre otros.

Y de tanto hablar con él me di cuenta de que no quería hablar más con estúpidos y caretas, que quería hablar nada más que con gente interesante. Por supuesto que me fue mal.

Por tocar mucho en el Gran Buenos Aires, desde ciertos sectores del periodismo le endilgaron a Sumo ser (entre comillas) la banda creadora del concepto de «rock barrial» o «chabón». ¿Te hacés cargo de eso?

A la palabra chabón la inventé yo, la traje a la banda el día que en no recuerdo qué lugar había un chico tirado en una vía, porque le habían picado unos mosquitos o esas barbaridades que hay en el Gran Buenos Aires. Voy a Luca y le digo: «Chabón, chabón», empiezo a jugar con esa palabra. Luca me dice: «Chabón no, After Chabón», y en ese momento yo que era el encargado de las tapas y los títulos, le dije ese va a ser el título del disco: After Chabón (última placa de estudio de la banda).

De ahí salió ese concepto, que de alguna manera está bueno, hay algo que está bien en el rock chabón, en esa cosa barrial, triste, melancólica, en que todos se mueren de sobredosis, los pisa un tren y los padres los odian, es como un pre-rap, ¿no?

¿Cómo era la convivencia en Sumo a sabiendas de que eran músicos con personalidades tan distintas?

La personalidad de cada uno es como es. Sumo en realidad era una familia. Ahí no había peleas. Es muy de Intrusos (se refiere al programa de chimentos) pensar que porque éramos tan distintos nos podíamos pelear. Y no era así bajo ningún punto de vista.

¿Qué recuerdos tenés de cuando con los demás músicos de Sumo compartían esos sketchs humorísticos que grabaron para Estación Musical, aquel programa de ATC?

A Luca le encantaba ir a la televisión y estaba un poquitito envidioso de que yo estuviera en tv y él no, entonces yo lo llevaba al programa porque era un gran actor y siempre tuvo ganas de actuar como su hermano (Andrea Prodan), pero a él se le dio la música. De esos sketchs salió un gran actor que fue justamente Ricardo Mollo (exguitarrista de Sumo, hoy en Divididos). Él es una persona muy graciosa con pasta de comediante. Lo que pasa con Ricardo es que ahora él se cree que está en el olimpo del rock y dejó de lado esa parte tan importante en la que pudo haber incursionado.

El juego de los parecidos
 

¿Sin lo disruptivo de Sumo (de la figura de Luca, sobre todo), creés que los Redonditos de Ricota hubieran llegado a ser tan masivos?

Los Redonditos ya eran masivos en ese entonces, eso no lo vamos a negar. Pero sinceramente creo que compartimos solo algo generacional y del momento. Un grupo no tiene nada que ver con el otro.

¿El Indio Solari copió aspectos de Prodan?

Sí. Es cierto que el Indio rápidamente se convirtió en Luca poniéndose los anteojos oscuros y pelándose.

¿Por qué dijiste una vez que tus libros de Sumo se vendieron menos que los de otros periodistas que escribieron sobre el grupo, pero que no lo integraron?

Cuando yo como mucho y me descompongo, digo: «Ojo, tal vez comí mucho o estaba leyendo el libro de Sergio Marchi», que por lejos es el peor periodista de rock, así como yo soy uno de los mejores, con Alfredo Rosso y Claudio Kleiman, con la gente seria. Si yo leo el libro de Ringo Starr, prefiero leer el libro de Ringo y no uno sobre él, escrito por otra persona.

La caja boba
 

¿Es verdad que estás cancelado de la tv argentina?

No, jamás. Creo que la televisión argentina está cancelada en el público.

¿Cómo te llevás con la corrección política y la cultura de la cancelación?

Me llevo muy bien con la cultura de la cancelación y con la corrección política. La vez pasada fuimos a comer todos a las tabernas de Temperley, pero nadie habló con nadie en la mesa.

¿Te gusta más ser conductor de tv, radio, actor, periodista, escritor o simplemente músico?

Creo que el talento (o el múltiple-talento) es la capacidad de hacer un montón de cosas diferentes y eso no quiere decir que uno vaya a tener un superéxito.

A veces te puede gustar más un formato que otro. No obstante, de lo que sí estoy convencido es que prefiero que realmente me corten en pedazos antes de hacer programas con mesas ratonas, con cuatro idiotas con barbas de dos días hablando y diciendo cualquier estupidez. O con Marley con pelotas de ping-pong en la boca tratando de hacer equilibrio sobre un tenedor.

Peter Lanzani, Luca y el Chanchito Valiente

El actor argentino Peter Lanzani confirmó, meses atrás, que se encuentra trabajando en un ambicioso proyecto cinematográfico sobre la vida de Luca Prodan, el legendario cantante de Sumo, una de las bandas más importantes del rock argentino.

Según sus propias declaraciones, Lanzani, que se hizo conocido en el ambiente artístico a través de la tira juvenil «Casi Ángeles» y que en los últimos años consolidó su carrera actoral junto a figuras como Ricardo Darín, no solo interpretará el papel principal, sino que también dirigirá la película. A sabiendas de ello, época consultó a Roberto Pettinato sobre esta biopic en desarrollo. Su respuesta fue lacónica.

¿Te despierta algún interés saber que un actor argentino (Peter Lanzani) está preparando una película sobre la vida de Luca?

Peter Lanzani tendría que preparar antes una biopic del Chanchito Valiente con la cara que tiene. Las biopics no sirven para nada y no me resulta en absoluto interesante y menos por directores argentinos.

¿O pensás que será como la interpretación de Prodan que hizo Luis Luque para «Sin Condena» de Canal 9?

En Estados Unidos, con cuatro renglones y dos fotos de Aretha Franklin te hacen una biopic impresionante. Acá, el argentino tiene demasiado ego, tendrían que suspender el cine.

N de R: las entradas para este show se consiguen en centralticket.net y en Pellegrini 1501.

Fuente: Diario Epoca