Ocho días después de cumplir apenas 50 años, Martín partió de este mundo víctima de una enfermedad terrible denominada ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica).
Se hizo todo lo posible para que pudiera viajar a Estados Unidos, a fin de poder tratarse con una terapia alternativa, pero no funcionó. ELA aún no tiene cura, esperemos que la ciencia avance lo más rápido posible y esta enfermedad sea reversible. Por toda la gente que la padece, esperemos que esto en algún momento suceda, y que sea pronto.
Martín era no solo un excelente baterista, productor e ingeniero de sonido, sino un apasionado por lo que hacía. Sumamente responsable, metódico, dedicado cien por ciento a su trabajo y, además, algo que no abunda muchas veces en el mundo del rock y de los artistas, una excelente persona.
